Desde Mercedes, Pcia de Bs. As., nuevamente nos escribe nuestra queridísima María Luján...




Hola lectores de esta biblioteca "virtual" (por decirlo de algún modo)
El siguiente relato es bastante corto porque está, en estos momentos, participando de un concurso en España, en el Certamen de relatos hiperbreves de la Universidad Popular de Talarrubias. El máximo de extensión de cada relato es de 20 renglones, por eso es corto. No espero que gane, ni nada, solo lo mandé por gusto, porque me agrada que la gente lea lo que escribo, aunque no sea la gran cosa. Por eso les dejo éste relato, luego les mostraré el otro que mandé, porque mandé dos.
Espero que lo disfruten.
María Luján






VENGANZA


George se había dado cuenta de lo terrible que podía llegar a ser un hombre. Y de lo terrible que podía llegar a ser él. No se reconocía en el acto que había cometido.

Sentado en un sillón, junto a una chimenea que era la única fuente de luz y calor en la sala, contemplaba el horror. Sabía que era un desastre lo que había hecho, pero curiosamente, no estaba horrorizado.

Ver el cuerpo sin vida de Josephine, su mujer, y más allá el de Clement, su suegro, no le causaba espanto. Agradecía haber escuchado esa conversación entre ellos donde hablaban de su cuenta bancaria que lo animó a seguirlos, leer sus correspondencias y llegar a la conclusión, aún sin poder creerlo, de que padre e hija eran unos cazafortunas, que estaban esperando el momento justo para llevar a cabo su plan, el de asesinarlo y adueñarse de su fortuna. Además, descubrió que ya lo habían hecho otras veces. Lo malo era que él se había enamorado de Josephine y le había tomado cariño a su suegro. Pero ahora él no sentía nada, ni horror.

Simplemente se desconocía, se desconocía desde el momento que urdió un simple plan, invitar a cenar a su suegro, un golpe en la cabeza para desmayarlo, dos balazos para ella y luego dos balazos para Clement. Se había vengado y había vengado la muerte de otros y salvado la vida a quien sabe cuantos. Solo le restaba deshacerse de esos cuerpos y simular que no había pasado nada.

Ahora sería él quien tendría que empezar a simular.



MARÍA LUJÁN
19 años, con asiento (o sea, tengo una silla) en la ciudad de Mercedes, Provincia de Buenos Aires, Argentina (país de la locura), chiquitita por donde se me mire, cara de loca, comparada con el resto soy "rara" y me dedico a soñar, inventando historias donde yo misma actúo y donde yo solo sé donde está el escenario.




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by Steigman



 
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