Ana María Manceda x 3

Cuento Selección de Honor por concurso. En antología “Cinco Sentidos” de CREADORES ARGENTINOS. Abril 2010.

“DESDE EL ARBOL ROJO”


La luz rojiza fluye a través de las cortinas transparentes, iluminando de manera intermitente las perfectas caras de variadas y exóticas muñecas dispuestas en el anaquel. Algo despertó a Helena, no tenía conciencia de la hora, el calor que irradiaba la calefacción hacia pesada la atmósfera. Aún media dormida captó la belleza que provocaba la luz en las imágenes de las muñecas. De pronto escuchó un llanto de persona adulta, sonaba único en el silencio nocturno de la ciudad. A los tropezones se fue acercando a la ventana, su grácil cuerpo de trece años recibía los flashes de la luz rojiza, como si en su andar un duende la fuera fotografiando.

Su cuarto queda en el primer piso de la casa paterna, desde esa posición se observa el inmenso cartel luminoso que se encuentra en el negocio de la acera de enfrente, dominando el paisaje urbano. La calle estaba mojada por la pertinaz lluvia invernal, pero lo que más le atrajo la atención fue el soberbio Arce que disimulaba su desnudez emitiendo la luz del cartel. Al bajar la vista vio a un hombre sentado a los pies del arce, las manos en la cabeza, llorando. Transmitía tanta soledad que la niña sintió deseos de bajar y poder consolarlo ¡Imposible! Luego de un rato el desconocido se fue tambaleando. Helena ya no podía dormir, sintió vergüenza de ir hacia sus padres, prendió la luz y buscó un libro para entretenerse, miró el reloj, era casi la una de la mañana. Al fin decidió anotar en su cuaderno de “Memorias” lo sucedido, la había impactado el dolor del hombre y la belleza de las imágenes.

Desde esa noche, Helena encontró una necesidad misteriosa de esperar la oscuridad, ver el juego de luces que brillaban en las muñecas y la posibilidad que regresara el extraño al árbol rojo. Su joven mente fantaseaba con distintas historias en las que involucraba al desconocido. Hasta que una noche escuchó en la calle murmullos y quejidos, saltó de la cama y corrió hacia la ventana. Una pareja se besaba apasionada bajo el árbol, sus cuerpos fusionados se movían rítmicamente. En una de las contorsiones que los amantes ejecutaban, la niña pudo ver el rostro de la mujer, éste tenía una expresión que Helena jamás había visto en ninguna persona, sus ojos abiertos, claros, transmitían un éxtasis cercano al sufrimiento. Toda la escena parecía irreal, la soledad de la calle, el árbol desnudo y la pasión de la pareja delatada por los destellos rojos que jugaban entre las ramas invernales.

Luego que se fueron, no pudo dormir, ni leer, ni escribir. Sentía sensaciones nuevas, sus manos recorrían el joven cuerpo sorprendido, la noche se le hizo interminable.
Los padres de Helena se sorprendieron ante sus cambios de actitud. Se la veía más determinante, sus posturas de niña mimada e hija única se diluían ante una mirada que transmitía ferocidad y rebeldía. Por las noches se iba tarde a acostar, se negaba a estar pendiente si la pareja volvía. Una noche volvió a acontecer lo del hombre llorando, pero lo más sorprendente aconteció un lunes. El cansancio luego de una jornada escolar intensa hizo que fuera más temprano a su cuarto. Luego de leer un rato apagó la luz y al mirar a las muñecas su sorpresa fue muy grande al ver que las mismas brillaban bajo una luz azulada. Se acercó a la ventana y descubrió que el cartel de propaganda ya no era el mismo, lo suplió otro, de distintas características que emitía una luz azul. Anunciando la primavera, el arce lucía sus ramas con brotes como si fueran millares de zafiros. A los pies del árbol yacía una joven tapada con una capa negra, en partes abierta, por la que sé entrevía un vestido de tules, como de bailarina. Buscó su cara, cuando la luz azul la mostró, reconoció a la amante desconocida, estaba desfigurada y con una expresión de terror. Helena se fue a acostar, esta escena la había impresionada de tal manera que sintió su niñez huyendo para siempre, se tapó la cabeza con la almohada y lloró.

Los días primaverales comenzaron a alegrar la vida, el invierno dejó su energía para que ésta se desplegara. Las noches eran tranquilas, solo rompía la armonía el aullido de las sirenas policiales y de las ambulancias. Una tarde, casi a la finalización de las clases, Helena volvía del colegio, los pájaros aturdían en el frondoso arce, unas vecinas pasaban con sus compras, conversando de manera alterada.- Ella lo mató -¿Quién, la bailarina? - Sí, se querían mucho, pero él la celaba y parece que le pegaba, llegó a desfigurarla. Helena no quiso escuchar más, aparecieron en su mente imágenes dispersas, caras de sufrimiento, el tul de la mujer bajo la capa, su cara de terror. Aceleró el paso, no podía contener las lágrimas, sintió asco y rechazo hacia algo pegajoso que se adhería a su cuerpo adolescente. Sintió la necesidad de estar con sus padres y sentirse de nuevo pequeña, muy pequeña.



Imagen: ART.COM Planicie de Masai Mara, Kenia -James Urbach

¿COMPLICIDAD?

Fue un año duro
Viajé desde la nieve a la infancia.
Muy fatigada
¡Tantos otoños dorados me pasaron!
Y tú estabas ahí
en una casa que nunca habité
como si al mudarte me arrancaras
para siempre de tu vida.
Tu mirada era dura,
te estabas muriendo
y tu mirada era dura
¿Cuál era el reproche?
No pensabas que viajaba
cientos de kilómetro atravesando
soledades
soledades y abismos.
Llegó el invierno, no nos despedimos.
Todo quedó paralizado
Regreso
vacía, huérfana, estéril.
Me refugio en mi hogar de la nieve
Planea la primavera
se atrasó la floración en el jardín
y la ladera de los montes.
¿Complicidad?
Debe existir algo mágico
llegas tú, joven eternidad
la naturaleza estalla
en mi jardín casa de nieve y
en las laderas de los montes.
Todo está florecido.



imagen DEVIANTART

CUENTO . AUTOR: ANA MARÍA MANCEDA.EN ANTOLOGÍA JUNÍNPAÍS 2007
“ QUERIDOS AMIGOS”

La tarde tibia y luminosa era una fiesta. Ya se sentía en el aire el típico olor a azahares y los gorriones aturdían desde la arboleda de la calle siete. Octubre en La Plata, Anouk iba hacia el encuentro de Michael, estos nombres la divertían, había sido una propuesta del profesor de la Alianza Francesa que cambiaran sus nombres por seudónimos franceses, ellos aceptaron. Michael estaba esperándola en el Café, sentado en una de las mesas de la vereda, con sus ojos verdes chispeantes de picardía, como asegurándole otro encuentro divertido. Se saludaron y la tarde estalló de primavera. Tenían que repasar lecturas y memorizar poesías; Sartre.. .Jacques Prévert. Las risas interrumpían los estudios como compitiendo con el bullicio que producían los gorriones. En un momento de extraño silencio la mesa se fue oscureciendo, toda la energía fluía en cámara lenta. Una sombra se interponía entre el sol del atardecer y la mesa repleta de libros, cafés, puchos y las juveniles siluetas. Levantaron la vista; altanera, inmensa, doña Teresa los miraba desde su altura de matrona adinerada, envuelto su gordo cuello con cadenas de oro. Una niña de unos doce años, de aspecto humilde, estaba a su lado, haciendo equilibrio con los paquetes de las compras de la doña. Saludos corteses, miradas huidizas y ahí partieron la matrona y su pequeña víctima. Ni bien se alejó la extraña pareja, la risa estalló entre los amigos, luego prosiguieron sus lecturas. Llegando a la Alianza reconocieron a lo lejos la figura alta y con tendencia a la obesidad de Amelie. La querían mucho, era una treintañera con mohines de adolescente, solidaria y buenaza. Amelie los esperaba ansiosa, necesitaba de ellos, eran su salvación, ese fin de semana organizaría un té en su departamento del cual sería invitado especial el hombre por el cual, según ella, estaba rechiflada.

Alberto era maestro, morocho y ayudante de un cura en una villa de emergencia, su madre, doña Teresa, lo detestaba. Si ellos iban ayudarían a Amelie a distraer a su madre y aflojar tensiones. Por supuesto los amigos aceptaron, no sin gastarle bromas y pidiéndole la tarta de frutillas de la cual Amelie era especialista.

Llegaron cuando el sol jugaba a esconderse tras la fronda de los tilos. No quisieron esperar el ascensor, subieron los dos pisos tomados de la mano, entre saltos y comentarios risueños. En un momento Anouk sintió como que algo la afligía, giró la cabeza hacia atrás y le pareció percibir que una sombra grotesca iba hundiendo los escalones por ellos pisados, fue un segundo, la angustia desapareció al llegar al elegante departamento. Al sonar el timbre abrió la puerta la chiquilla-víctima. Los jóvenes amigos miraron con ternura a la patética presencia vestida con delantal y cofia de puntillas, entraron a la sala donde se serviría el té. Como siempre estaban tentados por la risa, pero debieron admitir en su fuero íntimo que el departamento estaba decorado con muy buen gusto, donde se mezclaban objetos antiguos y modernos de alto valor. Se sentaron e inmediatamente entró doña Teresa, elegante, dominante, en su mano portaba una campanilla de plata, sus dedos estaban adornados con anillos de oro, uno de los cuales lucía un zafiro cuyo brillo azulado parecía querer hipnotizarlos. Al sentarse hizo sonar la campanilla, como aparecida de la nada llegó la chiquilla con masas y confites. Al rato arribó Alberto y Amelie radiante salió a recibirlo. Su atuendo escapaba del buen gusto dado el tipo de invitados y la hora de la reunión, el vestido de lamé resaltaba su gruesa figura, pero su cara parecía competir con el brillo de la tela, irradiando una luz que solo provoca el amor.

Alberto, de manera apasionada, comentaba los problemas sociales de la villa. Anouk pensaba que a pesar de las ricas tortas, la suave melodía, la elegancia del lugar y algunas risas de compromiso, era un sufrimiento estar en esa jaula de oro de atmósfera surrealista. Con Michael aceptaron una copa de Jeréz, milagrosa bebida que aflojó un poco la tensión que fluía en el lugar.

De pronto, Alberto, siempre espiado, despreciado, por la mirada atenta de doña Teresa, comenta que pidió una licencia de seis meses en el colegio para acompañar al Padre en un trabajo social en el Noroeste. Pobre Amelie, se apagó, se marchitó y su madre se iluminó. La fiesta no daba para más, Alberto se despidió, con un dejo de dignidad Amelie lo acompañó hasta el ascensor, cuando regresó parecía destruida. Los amigos aprovechaban para retirarse pero su compañera les pidió que se quedaran un rato más_ Les traigo los poemas de Prévert, ya vuelvo.

Otra copa de Jeréz y la charla se hizo amena; películas, actores, pinturas. El tiempo pasó, Amelie no regresaba. La niña fue enviada a buscar a la señorita, sus compañeros ya se retirarían. Un chillido de terror invadió la casa, corrieron hacia el interior, la chiquilla estaba al lado del ventanal que daba por medio de un balcón hacia la calle, se fueron acercando. Anouk, asustada, se aferraba al brazo de su amigo. La doña, que había llegado primera al balcón, se balanceaba como una masa sin sentido. De una de las ramas más gruesas de un añoso Tilo, pendía el cuerpo ahorcado de la desgraciada Amelie. Una atmósfera de irrealidad rodeaba a la escena, lo único que escapaba de la tragedia eran las frondas de los árboles que se tocaban por el susurro de la brisa, dejando pasar las luces de neón que iluminaban la silueta inerte de Amelie.


Pasaron los años, otra juventud, otras sombras recorren la calle siete, pero siempre en cada primavera resurge el canto de los gorriones que habitan su arboleda, como festejando juveniles risas y los sonidos fantasmales de poéticas voces que recitan poemas de Prévert :
“... Y después dormirnos, despertarnos, padecer, envejecer.
Dormirnos de nuevo. Soñar con la muerte. Despertarnos, sonreír y reír y rejuvenecer...”

Imagen: zoewiezo.deviantart.com

¡¡GRACIAS

ANA MARÍA!!


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El amor negativo y la curación emocional. Por Berta Sperber

Todo empieza con esa primera experiencia infantil en la que se comprueba que uno no es amado por lo que es, sino por lo que debe llegar a ser; en mayor o menor medida, todos somos víctimas de ese amor negativo, un amor que pone condiciones para ofrecerse.

Con el concepto de "amor negativo", que acuñó en 1967 Bob Hoffman, se explican buena parte de los padecimientos de las personas y su desconexión con el mundo emocional.

El amor negativo es la evidencia de la persona de sentirse indigna de ser amada, que viene de haber sentido que sus padres no lo reconocieron como quien era realmente, sino que se dedicaron a educarlo como quien debía ser.

Desde ahí la persona se desconecta de su propio ser y empieza a trabajar -desde muy chico-, para satisfacer las expectativas de los padres o, si sufrió mucho en la infancia, para rebelarse y ser lo opuesto a aquello que se esperaba de él.

Tal vivencia genera una paradoja emocional: "soy querible en tanto no sea quien soy y sea lo que los demás esperan de mí".

Tal condición queda grabada en el plano emocional y hace que, en nombre del amor, las personas se sometan a los demás, acepten chantajes para ser amados y se dejen manipular.

Esas personas sienten que sus propias sabidurías son algo de lo que se debe descreer.

De esta forma es como somos entrenados en vivir mal. La idea de paternidad está aprendida y se copia de los propios padres, se transmite de generación en generación.

El adulto mira al niño como alguien que no sabe nada y a quien hay que educar. No se mira al chico como a un ser que llega a este mundo sabiendo muchísimo y que lo único que no sabe es el código para expresarlo.

Como eso no es tomado en cuenta, se "graba" el rechazo al propio ser. En la vida adulta, para recuperar la conexión con uno mismo, lo primero es tomar conciencia de que todo aquello que es negativo para la propia vida fue aprendido.

Claro que abrirse a los recuerdos implica dar paso a un cúmulo de emociones que en nuestra cultura son definidos como "negativas": la rabia, el dolor, la culpa, el odio, la venganza... vivencias que un niño experimenta cuando se siente maltratado o no tomado en cuenta, pero que muy pocas veces puede expresar.

Aprendemos desde muy chicos a reprimir emociones. Pero cuando se liberan, vuelven los recuerdos y la persona empieza a darse cuenta de que, en realidad, todo lo que le pasa en su vida adulta, lo que se repite o le ocurre a pesar de sí mismo, fue aprendido de los padres, desde la concepción hasta la pubertad.

Al no poder recordar dónde lo aprendió, supone que esas desventuras son la confirmación de que hacía algo mal... Toda persona cuenta con cuatro aspectos: lo intelectual, lo emocional, lo espiritual y lo corporal.

Pero cuando somos víctimas del amor negativo, solemos tener nuestro intelecto dominando nuestras vidas.

Así, queremos resolver todo desde la cabeza, que es el más pobre de los cuatro aspectos para crecer en lo desconocido.

El intelecto siempre necesita experiencias viejas para saber como seguir. En cambio, nuestra parte emocional, la espiritual y nuestro cuerpo tienen mensajes, idiomas, percepciones rápidas y adecuadas para todas las situaciones desconocidas, que nos hacen sentir seguros.

Sin dejar al intelecto afuera, sino ocupando su justa proporción, necesitamos recuperar los tres aspectos que están relegados e integrarlos en una quadrinidad en la que cada uno aporte la información y los recursos necesarios para conformar un ser íntegro, poderoso y amoroso.

Este trabajo de integración requiere un fuerte hincapié en la apertura de lo emocional, que también es el camino hacia lo espiritual.

Cuando la persona recupera ciertos derechos, por ejemplo el derecho a enojarse por aquellas cosas que le hicieron daño, recupera el derecho a autoafirmarse en la vida, porque la rabia es una emoción muy saludable para los seres humanos en tanto pone límites y ayuda a avanzar, a ser audaz, a despegar.

Lo que nos asusta de la rabia son las formas inadecuadas de expresión; pero habitualmente se termina reprimiendo la emoción y no las formas inadecuadas, porque los padres no conocían otras formas.

Cuando la persona recupera esos derechos, ocurre que de pronto está integrado y eso no es algo muy difícil.

Lo emocional no es elaborativo, así que no necesita meses ni años de maduración: necesita "ver".

A diferencia de nuestro intelecto, que precisa tiempo para comprender, analizar, elaborar... lo emocional no, y la grabación que produce el rechazo del propio ser está en el plano emocional.

Allí donde se abre la experiencia emocional, la persona empieza a recibir mensajes de qué le pertenece y qué no, qué fue aprendiendo y qué no. Así nos damos cuenta de quiénes no somos, rompemos con una serie de creencias, prejuicios y valores mal entendidos y desde lo emocional captamos que somos seres amorosos, dueños de un amor sin condiciones, con una capacidad de compasión y perdón para los demás y para nosotros mismos que nos hace muy poderosos.

Lic. Berta Sperber
Directora Nacional

Directora Nacional del Instituto Hoffman
Profesora Supervisora.
Lic. en Psicología y Lic. en Sociología.

Formación desde 1973 en:
Terapia Sistémica
Sexología
Trabajo Grupal
Supervisión Institucional.

Nota Relacionada:

LA NACIÓN Ciencia y Salud
Un método para vencer el amor negativo


Envió: Vic ;-)

«45 lecciones que la vida me ha enseñado» por Regina Brett


Regina Brett es columnista desde hace años en varios periódicos de Cleveland. Este año 2009 resultó finalista del Premio Pulitzer por sus inspiradores escritos. Ha sufrido mastectomía en ambas mamas. Desde que se publicara por primera vez en el Plain Dealer de Cleveland la lista de «45 lecciones que la vida me ha enseñado» sigue siendo la columna más popular de todas las que ha escrito.

En el año 2006, al cumplir 50 años, Regina Brett agregó 5 «lecciones» más. La versión que circula profusamente por Internet le atribuye erróneamente 90 años de edad. Este error se originó en el propio blog de la escritora, y ya ha sido corregido.

«45 lecciones que la vida me ha enseñado»


1. La vida no es justa, pero aún así es buena.
2. Cuando tengas una duda, sólo toma el siguiente paso pequeño que venga.
3. La vida es muy corta como para gastar tiempo odiando a alguien.
4. Tu trabajo no se encargará de ti cuando te enfermes, tus amigos y padres lo harán. Mantente en contacto con ellos.
5. Paga tus tarjetas de crédito cada mes.
6. No tienes que ganar cada discusión. Acuerda en que desacuerdas.
7. Llora con alguien. Te sana más que llorar solo.
8. Está bien enojarse con Dios, ÉL lo puede soportar.
9. Ahorra para tu jubilación empezando desde el primer cheque, y si tienes dinero compártelo con tus amigos que mas estimas, los de la juventud.
10. Cuando se trata de chocolate, resistirse es inútil.
11. Haz paz con tu pasado, así no te malogrará tu presente.
12. Está bien dejar que tus hijos te vean llorar.
13. No te compares con otros. No tienes idea del viaje que ellos llevan.
14. Si una relación debe ser en secreto, entonces no deberías estar en ella.
15. Todo puede cambiar con un solo pestañear. Pero no te preocupes, Dios nunca pestañea.
16. Respira profundo. Relaja la mente.
17. Deshazte de todo lo que no sea útil, bonito o alegre.
18. Lo que no te mata, de verdad te hace más fuerte.
19. Nunca es tarde para tener una infancia feliz. Pero la segunda depende de ti y de nadie más.
20. Cuando se trata de ir tras lo que amas en la vida, no tomes un NO como respuesta.
21. Quema las velas, usa los manteles finos, ponte lencería fina. No los guardes para ocasiones especiales, hoy es especial.
22. Prepárate mucho, después anda con la corriente.
23. Se excéntrico ahora. No esperes a ser viejo para usar púrpura.
24. El órgano sexual más importante es el cerebro.
25. Nadie está a cargo de tu felicidad, excepto tú.
26. Etiqueta cada uno de esos llamados desastres con esta frase: "En 5 años, ¿esto importará?"
27. Siempre escoge la vida.
28. Perdona a todo y a todos.
29. Lo que otros piensan de ti no es tu problema.
30. El tiempo cura casi todo. Dale o date tiempo.
31. Por más buena o mala que una situación sea, va a cambiar.
32. No te tomes tan en serio. Nadie más lo hace.
33. Cree en los milagros.
34. Dios te ama por quien eres, no por nada que hayas hecho o dejado de hacer.
35. No audiciones para la vida. Preséntate y haz lo mejor de ella.
36. Envejecer es una mejor alternativa que morir joven.
37. Tus hijos solo tienen una infancia.
38. Todo lo que importa al final es que hayas amado.
39. Sal todos los días. Los milagros están esperando en todas partes.
40. Si todos tiráramos nuestros problemas en una fuente y viéramos los problemas del resto, agarraríamos nuestro saco de nuevo.
41. La envidia es una pérdida de tiempo. Ya tienes todo lo que necesitas.
42. Lo mejor está por venir.
43. No importa cómo te sientas, levántate, cámbiate y preséntate.
44. Cede.
45. La vida no tiene un moño encima, pero aún así es un regalo.



Vic
;-)

Desde Mercedes, Pcia de Bs. As., nuevamente nos escribe nuestra queridísima María Luján...




Hola lectores de esta biblioteca "virtual" (por decirlo de algún modo)
El siguiente relato es bastante corto porque está, en estos momentos, participando de un concurso en España, en el Certamen de relatos hiperbreves de la Universidad Popular de Talarrubias. El máximo de extensión de cada relato es de 20 renglones, por eso es corto. No espero que gane, ni nada, solo lo mandé por gusto, porque me agrada que la gente lea lo que escribo, aunque no sea la gran cosa. Por eso les dejo éste relato, luego les mostraré el otro que mandé, porque mandé dos.
Espero que lo disfruten.
María Luján






VENGANZA


George se había dado cuenta de lo terrible que podía llegar a ser un hombre. Y de lo terrible que podía llegar a ser él. No se reconocía en el acto que había cometido.

Sentado en un sillón, junto a una chimenea que era la única fuente de luz y calor en la sala, contemplaba el horror. Sabía que era un desastre lo que había hecho, pero curiosamente, no estaba horrorizado.

Ver el cuerpo sin vida de Josephine, su mujer, y más allá el de Clement, su suegro, no le causaba espanto. Agradecía haber escuchado esa conversación entre ellos donde hablaban de su cuenta bancaria que lo animó a seguirlos, leer sus correspondencias y llegar a la conclusión, aún sin poder creerlo, de que padre e hija eran unos cazafortunas, que estaban esperando el momento justo para llevar a cabo su plan, el de asesinarlo y adueñarse de su fortuna. Además, descubrió que ya lo habían hecho otras veces. Lo malo era que él se había enamorado de Josephine y le había tomado cariño a su suegro. Pero ahora él no sentía nada, ni horror.

Simplemente se desconocía, se desconocía desde el momento que urdió un simple plan, invitar a cenar a su suegro, un golpe en la cabeza para desmayarlo, dos balazos para ella y luego dos balazos para Clement. Se había vengado y había vengado la muerte de otros y salvado la vida a quien sabe cuantos. Solo le restaba deshacerse de esos cuerpos y simular que no había pasado nada.

Ahora sería él quien tendría que empezar a simular.



MARÍA LUJÁN
19 años, con asiento (o sea, tengo una silla) en la ciudad de Mercedes, Provincia de Buenos Aires, Argentina (país de la locura), chiquitita por donde se me mire, cara de loca, comparada con el resto soy "rara" y me dedico a soñar, inventando historias donde yo misma actúo y donde yo solo sé donde está el escenario.




Blown Away Posters
by Steigman



¿POR QUÉ CONMEMORAMOS EL DÍA DE LA MUJER?


Estimados amigos de Biblioteca Popular Coronel Dorrego: Mis saludos a todas las mujeres y un pequeño aporte por este día.
Saludos cordiales.
Ana María Manceda. San Martín de los Andes.




Se conmemora el trágico hecho que el 8 de marzo de 1857, en Nueva York, las mujeres de una fábrica (cuyo nombre también varía según la fuente) protestaron por la mejora de sus condiciones laborales, tras lo cual el empresario dueño de la fábrica las encerró y prendió fuego a la fábrica, muriendo 129 mujeres.

EL DÍA DE LA MUJER es el día de todas las mujeres, trabajadoras dentro y fuera del hogar, para recordar sus derechos como personas indispensables en la sociedad y la no discriminación de género en ninguna parte del mundo. La violencia (física y síquica) contra la mujer es un drama actual, que concierne a sociedades de economías emergentes y desarrolladas. También es dramática la situación en algunas sociedades cuya cultura permite la castración y en otras que las relegan como seres marginados y sin derechos.

Ana María Manceda

LA CREATIVIDAD QUE SANA. Texto extraído del libro "El Laboratorio del Alma" de Stella Maris Marusso. Enviado por Vic


Todo acto que realizas con placer y creatividad, de manera desinteresada, por simple que sea, mueve algo en tu interior y por lo tanto es sanador.

Prueba de ello es la historia de un compañero y amigo de muchos años a quien la medicina acababa de desahuciar tras una infructuosa operación, en la que literalmente "lo abrieron y lo cerraron" al descubrir que el cáncer de colon se había extendido al hígado.

Al salir de la intervención quirúrgica, el cirujano nos comunicó que las expectativas de sobrevida eran mínimas y que difícilmente podría superar más de unos meses. La esposa insistía en que debía haber algo que hacer, que no podían resignarse sin más. Y en su desesperación le proponía al médico que mintiera sugiriendo algún tratamiento, aunque supiera que no daría resultados.

- No hay nada que hacer, repetía el médico, cualquier cosa que hagan va a ser inútil.

Coco había sido un hombre exitoso en todos los ámbitos de su vida, empresario de una multinacional, había ganado mucho dinero y viajado por el mundo entero. Formó una sólida familia con su mujer y sus tres hijos quienes, siguiendo los pasos del padre, eran profesionales de renombre. Se consideraba además un buen católico, respetuoso de los ritos y las tradiciones, hacía donaciones regularmente a la iglesia y sentía que ya había cumplido con todas las metas en su vida. Solía repetir esto último con orgullo y también con cierta angustia. Este hombre se encontraba reponiéndose de la última operación con colostomía incluida, que, además del pronóstico adverso, le había dejado "la bolsita" para recoger las heces cuando falta parte del intestino grueso.

Con todo, él estaba dispuesto a parirse nuevamente. Había comenzado a trabajar sin tregua sobre sus hábitos, sus actitudes, sus creencias y sus estados emocionales. Cumplía a rajatabla su plan de salud, pero había una parte fundamental que no podía resolver, sabía que era necesario encontrar algo que marcara la diferencia en su proceso de sanación, algo que en verdad lo entusiasmara y lo reconectara con la vida.

Fue una tarde, en la Fundación, cuando yo intenté abordar el tema.

- ¿Propósito? ¿De qué propósito me hablas? - me interrumpió sin poder contener las lágrimas - ¿No te das cuenta que yo ya estoy de vuelta de todo, que ya he hecho todo?

Lloró muchísimo y yo con él. Me desgarraba la impotencia de saber que si bien había un abanico infinito de metas posibles, sólo él podía encontrar ese algo esencial y único para sí mismo.

Entonces, en un momento del diálogo algo pasó: levantó los ojos como iluminándose, los fijó en los míos y dijo: - Ya sé, mientras tenga geranios para plantar no me voy a morir -


Coco llenó su jardín y las casas de todos sus conocidos con flores, inundó su mundo con flores y ellos fueron el símbolo de su sanación. Decía que al regalarlos, el amor que ponía en sus geranios entraría en todos los hogares de la gente que amaba.

Pasó el tiempo y Coco seguía vivo, cada vez más vivo. Hizo un giro total en su vida. Como la medicina había asegurado que no tenía nada más que ofrecerle, no tomó ni una aspirina, no hizo un solo tratamiento tradicional. Cambió sus elegantes trajes y sus finas corbatas por equipos de gimnasia blancos, que utilizaba a diario para asistir a los talleres y a las clases de meditación. Dejó de importarle la gente con quien había tenido tantas reuniones sociales, o con quienes había compartido temporadas en Punta del Este. Pasaba días enteros junto a nosotros descubriendo un nuevo mundo, el interno. Y lo que más le apasionaba era poder ayudar a otros que llegaban con la misma desesperanza que él había experimentado en algún momento , demostrándoles con su propia historia que es posible salir adelante a pesar de un diagnóstico condenatorio. En cada programa de recuperación, Coco asistía a dar su testimonio y, por supuesto, a repartir geranios a todos los presentes.

Este hombre que estaba "devuelta de todo”, se transformó en un paciente extraordinario. Se apasionó por los geranios. Puso toda su creatividad en sembrar, cuidar y contemplar con asombro cada brote, se fascinó con cada ramita. Cada flor de su planta de geranios, fue única para él. Cultivándolas, encontró su propia canción para cantar. Se unió a la vida en su propósito amoroso y creativo de dar más vida y así la Vida le dio más tiempo, unos cuantos años más para vivir, disfrutando.

Todos necesitamos hallar propósitos vitales para vivir en plenitud, pero cuando la salud se ve seriamente comprometida, como en el caso de Coco, es imperativo descubrir la propia melodía y ejecutarla magistralmente, ya que la química que desencadena tener motivos para vivir es indispensable para optimizar los estados internos y beneficiar así al sistema inmunológico. Lo importante es que sean propósitos concretos y realizables. Pueden ser metas diarias, semanales, quincenales y más, no se trata de " grandes" cosas, sino de aquello que movilice y entusiasme y que sea una semilla de amor hacia los otros...

Texto extraído del libro " El Laboratorio del Alma" de Stella Maris Marusso.

Imágen: Geranios (óleo sobre lienzo) Sitio: El rincón de Marisa

Aquí se exponen algunas de las obras de María Luisa, una artista que descubrió lo que tenía dentro a sus 70 años, y a quien todavía le queda mucho por descubrir.

Vic ;-)

AMIGO. Por ANA MARÍA MANCEDA




Te regalo esta esfera porque ahí se contienen todas mis cosas
las ilusiones, los proyectos, la esperanza.
Te regalo esta esfera porque ahí se contienen mis recuerdos
mis amores y las huellas profundas que marcó el tiempo.
Es íntegra, no está soldada, no hay junturas
por las que pueda huir sigiloso el mundo que te ofrezco.
Ya está limpia, depurada de rencores, de codicias, de envidias
de perezas.
Te regalo esta esfera, brillante como el sol
solemne como las otras estrellas, taciturna como la luna.
Tiene la forma del cosmos
y todo, todo lo que tengo se contiene en ella.
Te regalo esta esfera, sus códigos están en palabras
¡Tómala amigo!
Verás como gira, va ahí como la Tierra
Pero nada tendría sentido, amigo
si tú no la acompañaras como si fueras planeta.

IMÁGEN: www.librodearena.com


Relatos cortos de autores anónimos. Por Vic



EL CAMELLO ATADO:

Una caravana que iba por el desierto se detuvo cuando empezaba a caer la noche.

Un muchacho, encargado de atar a los camellos, se dirigió al guía y le dijo:

-Señor, tenemos un problema. Hay que atar a veinte camellos y sólo tengo diecinueve cuerdas. ¿Qué hago?

-Bueno -dijo el guía-, en realidad los camellos no son muy lúcidos. Ve donde está el camello sin cuerda y haz como que lo atas. El se va a creer que lo estás atando y se va a quedar quieto.

El muchacho así lo hizo. A la mañana siguiente, cuando la caravana se puso en marcha, todos los camellos avanzaron en fila. Todos menos uno.

-Señor, hay un camello que no sigue a la caravana.

-¿Es el que no atastes ayer porque no tenías soga?

-Sí ¿cómo lo sabe?

-No importa. Ve y haz como que lo desatas, si no va a creer que siguen atado. Y si lo sigue creyendo no caminará.

Este cuento ilustra de que forma los límites no los impone la realidad, sino nuestras propias creencias. Somos como el camello, atados sin cuerda a nuestra mente.

Desconozco el autor

Foto: Amolife.com



EL JOVEN Y EL SABIO

Un joven fue a ver un sabio cierto día y le preguntó: señor, ¿qué debo hacer para convertirme en un sabio? El sabio no contestó. El joven, después de haber repetido su pregunta cierto número de veces con parecido resultado, lo dejó y volvió al siguiente día con la misma demanda. No obtuvo tampoco contestación alguna, y entonces volvió por tercera vez y repitió su pregunta: señor, ¿qué debo hacer para convertirme en un sabio?

Finalmente el sabio lo atendió y se dirigió a un río que por allí corría.
Entró en el agua llevando al joven de la mano. Cuando alcanzaron cierta profundidad, el sabio se apoyó en los hombros del joven y lo sumergió en el agua, a pesar de sus esfuerzos para desasirse de él.
Al fin lo dejó salir, y cuando el joven hubo recuperado el aliento, el sabio interrogó:

- Hijo mío, cuando estabas bajo el agua, ¿qué era lo que más deseabas?
Sin vacilar contestó el joven: aire, quería aire.
- ¿No hubieras preferido mejor riquezas, placeres, poder o amor? ¿No pensaste en ninguna de esas cosas?
- No señor, deseaba aire y solo pensaba en el aire que me faltaba - fue la inmediata respuesta.
- Entonces - dijo el sabio - , para convertirte en un sabio debes desear la sabiduría con la misma intensidad conque deseabas el aire. Debes luchar por ella y excluir todo otro fin de tu vida. Debe ser tu sola y única aspiración, día y noche. Si buscas la sabiduría con ese fervor, seguramente te convertirás en un sabio.

Desconozco el autor

Foto: the best photo sever


Mi patito feo. Por Stella de Así me gusta a mí

Esta es la historia de un patito feo. Un patito feo especial.
No es de carne, plumas y hueso. Es de chapa, aunque la tenga medio abollada en alguna parte. No es blanco o amarillito, es de color bordó. Ni tiene dos patas, tiene cuatro ruedas.

Es un patito feliz porque se sabe muy útil. Todos los días lleva y trae niños, va al supermercado, al banco, a la plaza. Y todos lo quieren mucho, lo cuidan y, a veces, hasta lo lavan para que brille como el sol.

El lunes pasado, este patito feo fue a pasear. Tuvo que llevar a su dueña a un museo enclavado en la zona más TOP del barrio de Retiro.

El estaba muy contento porque le gusta pasear, y porque todos cantan mientras pasean, y eso a el le gusta. Aunque lo que mas le gusta es viajar con ella sola. Porque ella habla, le cuenta cosas, pregunta y se contesta a si misma, se enoja, se ríe, se emociona. Es como un secreto que tienen entre los dos. El sabe que debe quedarse calladito y hacer su trabajo lo mejor posible.

La dueña le prometió que lo iba a dejar en un lugar en donde el podría jugar con otros patitos mientras la esperaba y ¡eso lo puso muy feliz!
Iban por una calle re linda, llena de edificios antiguos, arquitectónicamente bellos. Los negocios vendían productos que tenían muchos ceros, ¡se ve que eran importantes!

Pero... ¿qué pasó?
Llegaron al estacionamiento. ¡El patito estaba tan contento...! ¡Por fin iba a conocer a sus patitos nuevos!
La dueña lo estacionó, le hizo un mimo, le dijo que se porte bien, que juegue mucho y se divierta. Que en dos horitas, ella lo vendría a buscar.
¡Pero pobre el patito feo! Ahí no había amiguitos patitos. Eran todos cisnes, cuyos plumajes brillaban ¡extraordinariamente! Inclusive, algunos hablaban otros idiomas.
Él se quiso hacer amigo, pero ¡nadie quiso jugar con él!

Cuando la dueña volvió, encontró a su querido patito feo ¡todo apichonado en un rincón, solo y triste!
Entonces le dijo, al mejor estilo doña Florinda: - ¡"Ven, querido, no te juntes con esta chusma"!

PUBLICADO POR STELLA
Blog: Así me gusta a mí

EL ALETEO DE LA MARIPOSA. Por ANA MARÍA MANCEDA ( La nostalgia desde el punto de vista de la Teoría del Caos)





Creí que estaba en reposo la nostalgia,
pero en algún lugar del universo
aleteó una mariposa.

Como un río viajando por su cauce,
la mente esculpida a cada instante
timonea emociones en la rutina.
El caos acecha transparente,
lo simple se vuelve complejo
lo equilibrado comienza el desorden ,
lo invisible se presenta inexorable.

Porque la nostalgia es perversa, parásita, seductora.
Omnipresente, se mezcla con el flujo de la sangre,
con el aire que inspiramos.
El bello paisaje se cubre de neblina,
la música escuchada proviene desde las sombras
y pinta las caras extrañas que deambulan por las calles.
entonces...
El poema es incipiente y el temido llanto asoma.

Creí que estaba en reposo la nostalgia,
pero en algún lugar del universo aleteó una mariposa.






EL ALETEO DE LA MARIPOSA.
ANA MARÍA MANCEDA

MENCIÓN DE HONOR
CONCURSO INTERNACIONAL
EDIT. NOVELARTE
(CÓRDOBA.ARGENTINA) 2006.

EN ANTOLOGÍA:
“ARTE EN TRES TIEMPOS”

Imágen: Barco de mariposas. Dalí




BUCEANDO EN EL INFINITO
Escribo porque eso me da alas. Puedo volar hacia mis nostalgias, hacia mi interior, abanicar al otro, recorrer el mundo y mirar a GAIA.
Escribo porque eso me da otras vidas, con la mía no me alcanza.

Pisar la imágen, para leer más sobre la autora

¡¡GRACIAS ANA MARÍA!!

 
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